Optimo México | O – j – alá
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O – j – alá

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“Así sea”, “Que así sea”, “Si Dios así lo permite”, “Si Dios quisiera”, y muchas otras frases más, que seguro se han usado, ya sea por separado o en conjunto con la palabra ojalá se refieren a lo mismo, platicaba con un amigo hace poco, cuya ascendencia y religión es la musulmana. Pero, ¿qué quiere decir esto? Bueno, en cualquier diccionario encontraremos que “ojalá” es una expresión que “indica un vivo deseo de que suceda algo”, pero no suena o no pareciera sonar a una “encomendación” a algo divino, sino solo muestra deseo. Bueno, resulta que es otra forma de decir lo mismo que se expresó al inicio de éste texto.

Origen

Allá por el s. VIII, cuando los musulmanes cruzaron el estrecho de Gibraltar y tomaron posesión de las tierras que hoy conocemos como España, particularmente la zona de Andalucía, que fue de las primeras en ser tomadas, ya existía la instrucción por parte del Papa Constantino, y que continuó Gregorio II, de que toda actividad debía ser encomendada a Dios o a Jesús. Enseñanza que, al parecer, viene de más antaño. Como en muchas otras palabras, el español, dado ese acontecimiento que duró casi el siglo, absorbió un gran acervo lingüístico del árabe; Ojalá no se quedó atrás. Ojalá es una declinación y mala pronunciación de los locales de una frase que se escribe “Law-Sha’a-Allah” y que se pronuncia, más o menos, así “lou-chá-alá” y que primero tradujo al castellano como “lochalá” entendida como hasta hoy, un ferviente deseo de que algo suceda.

Uso en la antigüedad

Antiguamente iba acompañada de una serie de movimientos con el brazo y la mano derecha, elevando la mano derecha hacia el cielo conforme se iba diciendo la frase “lochalá”, algo similar, por analogía a persignarse cuando se dice “si dios quiere”. “Lochalá” llegó a Portugal y conforme la historia transcurría y a través de los barcos y las conquistas, cruzó el gran océano hasta llegar a nuestro amado México, donde, después de tantas malas pronunciaciones y modismos, así como la no identificación del movimiento de manos, el cuál se perdió por no estar alineado a las costumbres de occidente, se transformó en OJALÁ y dada otras influencias lingüísticas hay lugares en México en los que se pronuncia como esdrújula, es decir, ójala, sin que esto pueda ser sinónimo de ser una mala expresión, pues en cualquier sentido es una palabra transformada por su mala pronunciación desde el árabe, la cual significa “que Alá lo permita”.

El sufijo “allah” es dios o la divinidad para los musulmanes y, en analogía, es lo que hacen los hebreos con “Elh” o “Elohim”, por ejemplo “Daniel”, tiene el sufijo “-el” que hace referencia a Dios pero en hebreo, igual en árabe, el sufijo “-allah” hace referencia al dios musulmán. Así, como cuando decimos “subir para arriba” o “bajar para abajo”, decir “ojalá dios quiera” es un pleonasmo. Y también es un error querer corregir a alguien diciéndole que es ojalá y no “ójala” cuando en ambos casos es una transformación de la palabra por mala pronunciación de la original.

Por un México de paz y concordia. Por un México de tolerancia mutua. Conozcamos de nuestras expresiones y localismos para respetarnos más. Es cuánto.

Luis Lúcia
LUXIA – Capacitación y Consultoría
http://www.luxiaconsultoria.com/ 
#mejorandolacalidaddelavida

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