Optimo México | ¿Enseñar o Educar? He ahí el dilema.
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¿Enseñar o Educar? He ahí el dilema.

¿Enseñar o Educar? He ahí el dilema.

¿Enseñar o Educar? He ahí el dilema.

Muchas frases hay ya alrededor de la educación y sobre los roles que tienen distintas personalidades ante ella. Hace poco veía, los tan famosos, memes relacionados a diferenciar la educación que se debe dar en los hogares y la que se debe dar en las escuelas. Me encantó uno en particular porque decía muy claro “en casa es donde se aprende…y en la escuela se enseña…”. Me encantó porque precisamente hace esa diferenciación entre educar y enseñar. Solo que en el caso de ese meme utilizó la palabra “aprender” para cuestiones en casa y “enseñar” para cuestiones en la escuela. ¿Por qué es importante hablar de esta diferencia? Pues resulta que incluso nuestro sistema mexicano se hace llamar “sistema educativo”, o así parece, de hecho, la Secretaría a cargo es la de Educación, ¿por qué? Veamos lo siguiente, hay una diferencia muy clara, poco valorada y tomada en cuenta, entre “educar” y “enseñar”. “Educar” tiene dos raíces latinas “e” de “ex”, que significa “sacar” y “ducere” que significa “conducir”, “guiar”; es decir, “conducir hacia afuera”, este término era usado por los romanos para indicarnos que debemos “sacar lo mejor de nosotros mismos ante cualquier situación”, ser una persona educada implicaba ofrecer la mejor versión de uno mismo en cualquier momento.

Pero, ¿de dónde voy a sacar la mejor versión de mí mismo? Bueno, de ahí es donde deriva que en la casa se educa. Es en casa, durante los primeros 7 años de vida, que los seres humanos copiamos entre el 60% y el 70% de nuestras actitudes, el otro 40% o 30% lo aprendemos de instrucciones directas verbales. Es decir, si yo veo a mi papá gritando porque no está de acuerdo en algo o a mi mamá golpeando la mesa porque quiere ser escuchada, es decir, realizando ciertos comportamientos para “resolver” problemas, los copiaré y se grabarán en mi subconsciente asintiendo o creando una herramienta para el futuro, a la cual recurriré cuando me encuentre en una situación emocionalmente similar.

El objetivo de educar, según su definición y uso, era sacar del niño lo malo para que pudiera guardar en su memoria lo bueno, el buen trato, la cordialidad, la retórica, la elocuencia, etc. En cambio, “enseñar” tiene, igualmente, dos raíces, “in” que significa “en”, “dentro”, y “signare” que significa “hacer signos”, es decir, significa “hacer signos dentro de mí”, por ello es que cuando decimos “voy a enseñarte matemáticas” lo que estoy diciendo es que voy a introducir signos de la disciplina de las matemáticas en ti, si la locución fuera “voy a enseñarte español”, es porque voy a introducir signos del español en ti, etc., por eso es que “educar” y “enseñar” no es lo mismo.

Uno es poder quitar lo malo para permitir o conducir a que lo bueno prevalezca y el otro es introducir signos en mi memoria que sirvan de herramientas después. Por ello es que resulta muy atinado hablar de “educar valores” y “enseñar disciplinas”. Son cosas muy distintas pero que no están peleadas una con otra. Lo valores son típicamente heredados e inculcados en la familia y las disciplinas son instruidas en las escuelas. Por ello es que “en la casa se educa y en la escuela se enseña”. Ahora bien, ¿por qué tenemos un “sistema educativo” o una “secretaría de educación pública” y no un “sistema de enseñanza” o una “secretaría de enseñanza pública”? Todo se resume a cuestiones históricas que dependen de cambios que parecen insignificantes, aunque he de decir, que ya en nuestros días hablamos de sistemas de enseñanza, al menos en las instituciones académicas, no así en las secretarías de gobierno.

Resulta que allá por 1853, en México, estaba muy pronto a promulgarse nuestra primera versión de carta magna y era en extremo importante generar una identidad nacional, quizá hoy también pero ese es otro tema, algo que nos permitiera sacar lo mejor de cada mexicano ante tanto levantamiento en armas, y es como nuestro himno nacional dice “…un soldado en cada hijo te dio…” tratando de inferir no solo esa identidad nacional sino el adiestramiento que debíamos tener como mexicanos, por ende, alguien tenía que mostrarnos cómo sacar lo mejor de nosotros ante un posible adversidad de nuestra nación y ese papel lo tomó el gobierno mismo, fue el gobierno quien tomó el papel de educarnos para ser un solo pueblo, como una madre o un padre a sus hijos, así el gobierno a cada mexicano, por ello se creó un sistema educativo y no uno de enseñanza. Los tiempos han cambiado, hoy sabemos que ya las instituciones académicas hablan de sistemas de enseñanza y ahora parece que hay una campaña interminable de recordarle a los padres su rol educativo y no de enseñanza. No hay dilema, en casa se educa y en la escuela se enseña. Quizá valga la pena tener una Secretaría de Enseñanza Pública ahora, siendo tiempos de cambio los que actualmente vivimos. Es cuánto.

Luis Lúcia
LUXIA – Capacitación y Consultoría.

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