Optimo México | 19S – ¿Predicción o Prevención?
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19S – ¿Predicción o Prevención?

19S – ¿Predicción o Prevención?

19S – ¿Predicción o Prevención?

19 de septiembre de 2017, los Estados Unidos Mexicanos volvieron a sentir el poder de la tierra. Volvimos a sentir miedo, terror, angustia y mucha incertidumbre. Parecía que “el terremoto del 85” había quedado atrás. Y nuevamente, 32 años exactos después, la madre tierra nos recordó que debemos cuidar de ella. Pero, se ha vuelto muy controversial el hecho de querer saber si esto es solo resultado de los daños que, como humanos, le estamos haciendo al planeta, o si hay algún tipo de patrón de comportamiento terrestre que no hemos sabido descifrar. Los más aventurados, y que están ganando terreno, son los que conectan al “pensamiento colectivo” con reacciones de nuestro entorno, asintiendo que fue primero creado en la mente de un gran grupo social y que por eso se materializó, sustentando esta idea con, la ya conocida, ley de la atracción. Si bien comentarios como éste pueden levantar los ánimos al ser cuestionados, también es cierto que es difícil argumentarlos. Ahora bien, algo que ha sucedido en los últimos años y, sobre todo, en éste último, es cuestionar a los sistemas con que cuenta nuestro país para poder advertirnos, a los mexicanos, sobre la posible ocurrencia de un sismo y que entonces, como pareciera lo hacen otros países con otro tipo de catástrofes, nos evacúen rápidamente y evitar tantas muertes inocentes.

Los sismos no se pueden predecir.

Frase ya oficializada por expertos del Servicio Sismológico Nacional. Veamos, primero, “sismo” viene del griego que significa “terremoto” y éste significa “movimiento terrestre”, sabemos que hay de dos tipos, debido al movimiento que tienen las placas terrestres, y son el oscilatorio, que prácticamente es como un vaivén, es decir, va de un lado a otro; y trepidatorio, es decir, que se mueve de arriba hacia abajo y viceversa; para esto nos ayuda mucho la Sismología, ciencia que estudia a los terremotos. Con esto, cualquiera podría aventurarse y decir, de forma simplista, que con tanta tecnología “yo pondría unos sensores que me permitan conocer los movimientos de las placas terrestres y predecir, conforme vayan creciendo, cuándo va a ocurrir un terremoto y con eso advertir”, en esencia está dada la propuesta de solución, pero, ¿por qué no se hace? El punto es que sí se hace. En las costas del estado de Guerrero el Servicio Sismológico Nacional tiene precisamente varios años estudiando los movimientos de las placas tectónicas, pero no hay suficiente información para la predicción, solo para la prevención. Pareciera que el término prevención está erróneamente ocupado, pero, no es así. La palabra “prevención” proviene del latín “praeventious”; de “prae”, que significa “antes”, y “eventious” que es evento, es decir, “antes del evento”, lo cual nos lleva directamente a “todas las actividades que hay que realizar para evitar que un evento negativo suceda o en su defecto que los daños sean menores”; por eso hablamos de prevención. ¿Por qué no hablamos de predicción? “Predecir” viene del latín “Prediccere” que a su vez viene de “Pre” que significa “antes” y “diccere” que significa “decir”, “decir antes”, “decir antes de que algo pase y que esto suceda” traduce como “adivinar”, “pronosticar”, saber qué va a ocurrir antes de que ocurra. Para hacer dicha predicción, el SSN no se puede basar en creencias, se tiene que basar en datos, precisamente los que obtiene de esos sensores que mencionamos ya. Un modelo de predicción busca encontrar una ecuación matemática que describa el comportamiento del fenómeno estudiado. Que lo describa de tal forma que permita estimar, o predecir, el siguiente elemento en el tiempo. Para eso requiere, al menos 3 factores, el factor temporal, el factor estacional, y el factor de tendencia. El temporal indica cada cuanto tiempo ocurre el fenómeno estudiado, el estacional indica si coincide en alguna época del año o alguna condición climatológica, y el de tendencia indica si va en incremento o en decremento. Para tener una gran certeza en el modelo predictivo se requieren cientos de datos, algunos pensarán que pueden ser menos y ciertamente los que usan estadística en su trabajo u oficina, recordarán que se usan cantidades impares y alrededor de 30 datos. Para los científicos del SSN solo hay 4 datos del fenómeno estudiado: 1932 en Jalisco, 1957 Guerrero, 1985 Michoacán (adjudicado a CDMX por los daños) y 2017 entre Morelos y Puebla. Esto sin considerar que antes de 1985 no había la tecnología con que se cuenta hoy para analizar las vibraciones de las placas terrestres, solo se conocen sus magnitudes. Por lo que, con esa cantidad de información, no, no es posible al momento de nuestra historia predecir temblores, solo podemos estar prevenidos, preparados porque en cualquier momento puede ocurrir otro. Sea bien porque empecemos a trabajar en un pensamiento colectivo positivo o bien a hacer conciencia del daño que hacemos a nuestro planeta tirando la colilla del cigarro a la calle o cualquier otro acto en contra de nuestro entorno, pero por lo pronto es lo único, que, como sociedad, podemos hacer, hasta que la ciencia de datos, precisamente, tenga suficientes datos para ayudarnos, si es que aun estamos aquí para contarlo. Es cuánto.

Luis Lúcia
LUXIA – Capacitación y Consultoría.
#mejorandolacalidaddelavida

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